Las agresiones por parte de menores a sus educadores son algo frecuente hoy en día. Lo cierto es que ya no nos sorprende tanto como antes cuando leemos noticias como la que aparecía el pasado 19 de noviembre en el diario ABC en la que se condenaba a un menor que había agredido a su educador en el centro de acogida por separarle en una pelea.
Vivimos en una sociedad donde la violencia está tan presente (cine, televisión, noticias...) que la consideramos natural. Los telediarios más que proveedores de noticias parecen una lista de sucesos violentos y sangrientos. Todo ello hace que los menores recurran a la violencia cuando podrían utilizar otro medios para resolver sus conflictos, como es el caso de este menor en cuestión que produjo una contusión cervical a la víctima que tardó en curar 151 días, la mayoría de los cuales no pudo realizar sus ocupaciones habituales.
Los conflictos surgen de cualquier relación interpersonal, una de estas relaciones es la que se produce entre alumnos y educadores la cual debe basarse en el respeto mutuo y el diálogo. Tenemos que partir de la base que todos tenemos derechos y obligaciones y que no se deben obviar ninguno de los dos, ni en el caso de los estudiantes ni en el caso de los docentes.
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