Uno de los colectivos más importantes dentro del sistema educativo son los profesores. También ellos son víctimas de conflictos.
Hay que partir de la base que la profesión docente, desde mi punto de vista, es una de las más importantes ya que su función es preparar y educar a los niños de los cuales va a depender la sociedad del futuro.
Es normal escuchar hoy en día quejas sobre la poca preparación que los niños tienen al acabar el colegio y la falta de conocimientos que poseen, y a los primeros que se culpa es a los profesores cuando, en mi opinión, éstos solamente siguen las pautas establecidas dentro del sistema educativo.
Los docentes se encuentran bajo mucha presión debido a que ellos quieren llevar a cabo su trabajo de la mejor manera posible pero se enfrentan a muchos inconvenientes que impiden su trabajo, como pueden ser: excesiva burocratización de la práctica docente, clases masificadas que impiden una enseñanza individualizada, falta de recursos materiales, humanos y físicos, etc.
Para que los niños reciban una buena educación se necesitan una serie de requisitos mínimos que, en muchos casos, no se presentan y aunque el profesor ponga de su parte todo su buen hacer no se consigue el aprendizaje esperado.
Hace poco estuve hablando con una profesora de inglés del colegio de mis hijos y estaba desesperada porque los niños de quinto de Primaria no mostraban ningún interés por la asignatura y me comentaba que uno de los problemas era que el libro de texto trataba temas que no motivaban en absoluto a los estudiantes. Este es un ejemplo de un inconveniente que entorpece la práctica docente.
Los profesores reciben presiones de múltiples frentes: de la dirección del centro educativo, de los padres que acuden con quejas cuando algo no les gusta y que rara vez felicitan por el trabajo bien hecho, de estudiantes conflictivos y de nuevas normas o leyes impuestas por la Administración educativa, entre otras.
Todos deberíamos ser conscientes del valor de su tarea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario